Entre los años 1997 y 1998 tuve el privilegio de hacer más de 50 retratos por encargo con lápices de grafito sobre cartulina de hilo en formatos desde 17 x 25 cm hasta tamaño pliego.
Varios de ellos fueron solicitados para representar a seres queridos que ya habían partido, otros fueron para parejas, hijos, madres, familias (la mayoría de ellos fueron montajes de fotos separadas), algunos fueron encargados por el propio sujeto dibujado, y todos obviamente tenían una carga emocional importante.
Siempre he pensado que dibujar un retrato
implica una gran responsabilidad, porque quien lo encarga tiene altas
expectativas con la obra y cuando la solicita necesariamente hay un componente
de idealización al cual debe responder el dibujo por más realista que sea el
retrato, y no porque el dibujante deba añadir o quitar detalles para producir
una obra más o menos estética, sino porque generalmente la imagen que se forma
en nuestra mente como resultado de la percepción suele ser automáticamente
retocada en nuestro cerebro dependiendo de las asociaciones positivas o
negativas que tengamos del sujeto al que corresponde dicha imagen.
La mejor recompensa siempre será la
satisfacción del cliente cuando recibe una de mis obras y la atención que le
brinda al acogerla con tanto cariño como el que le plasmé cuando la realicé,
aunque en un gran número de mis retratos no conocí personalmente a quien estaba
retratando.
Un retrato es un desafío y una oportunidad de
tocar el corazón de las personas de una manera muy íntima y personal.
Hoy en día hay software que puede hacer retratos en segundos, pero la obra realizada por un artista siempre será única e irrepetible.
Nota: Debido a que en aquella época no se tenían los recursos que tenemos ahora para facilitarnos el registro y archivo de copias de las obras, las imágenes que ves en este post son de fotocopias que pude sacar en su momento de los originales.
Hoy en día hay software que puede hacer retratos en segundos, pero la obra realizada por un artista siempre será única e irrepetible.
Nota: Debido a que en aquella época no se tenían los recursos que tenemos ahora para facilitarnos el registro y archivo de copias de las obras, las imágenes que ves en este post son de fotocopias que pude sacar en su momento de los originales.
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