Ilustraciones en tinta para Cuentos Infantiles



Hace tiempo que tengo deseos de ilustrar cuentos infantiles especialmente desde que nació mi primer hijo, pero por una u otra razón no había logrado hacerlo. Por ello, cuando supe de este desafío de ilustración sentí que era la oportunidad perfecta para comenzar.

La idea era seleccionar uno de los tres personajes propuestos, pero al momento de analizar las opciones visualicé las tres escenas inmediatamente, por lo que simplemente decidí dibujarlas a todas. Investigué un poco sobre los cuentos y busqué imágenes de referencia de los personajes para crear mis propias versiones.

Mi intención inicial era bocetear las ilustraciones a lápiz sobre la cartulina Opalina blanca (cada una de 21 x 28 cm), perfilar los trazos principales con bolígrafo de tinta negra y luego colorear con mis Prismacolor Premier o digitalmente utilizando Photoshop, pero me dejé seducir -como suele sucederme a menudo- por la sucesiva superposición de trazos en tinta a medida que veía surgir las formas y los volúmenes, y no pude parar hasta terminar las ilustraciones. 

Siento en ocasiones que una vez que el proceso en tinta está muy avanzado, ya es preferible dejarla expresarse sin añadir más, y eso definitivamente ocurrió en esta oportunidad.

Caperucita Roja con el Lobo.

Esta fue la primera ilustración y para realizarla imaginé la escena de cuando se encuentran en el bosque y ella inocentemente le cuenta que va camino a casa de su abuelita mientras él simula escuchar pensando en su plan. 

Es una niña que se siente un poco intimidada por el lobo, y él trata de mantener una expresión amigable para ganar su confianza. 

La duración de este proceso fue de unas 5 horas aproximadamente.


El Gato con Botas.

Al momento de dibujar, quise que la escena reflejara la picardía de este personaje tan astuto y a la vez la satisfacción de haber logrado su propósito en el momento en el que se come al ogro convertido en ratón para conseguir su castillo en beneficio de su amo. 

Esta escena me parece genial porque es el momento cumbre de la astucia y malicia del minino. 

Diseñé un Gato en la medida de lo posible bien proporcionado y trabajé especialmente el pelaje para que pareciera mullido de color gris atigrado (encontré durante mi investigación la aparente asociación de este patrón con el carácter menos dócil de los felinos que lo llevan), enmarcando los ojos con un delineado negro y pelaje alrededor blanco para acentuar la atención en la mirada.


Quería además alejarme de la imagen del Gato de Shrek que está tan arraigada en la actualidad, por lo que además del color distinto le añadí solo el bolso y las botas que le pide a su amo al principio del cuento, y procuré que parecieran de cuero suave para que su textura lisa contrastara con el complejo pelaje del felino. 

Este dibujo tomó alrededor de 8 horas realizarlo.

Me encantan los gatos aunque el cuento del Gato con Botas nunca lo consideré muy especial -ya que no ha sido tan popular como otros- hasta que hice esta ilustración. 

Dicen que los cuentos para niños fueron pensados hace siglos para enseñarles lecciones de una manera comprensible a través de moralejas, así por ejemplo la Caperucita Roja muestra la importancia de ser cautelosos con los extraños; pero aunque al cuento del Gato con Botas se le cuestiona su valor moral porque el protagonista utiliza su poder de persuasión y astucia para manipular a los demás y lograr sus objetivos -aunque sean para ayudar a su amo-, considero que es una historia que también puede enseñar que debemos saber aprovechar las circunstancias para volverlas a nuestro favor. 

Pero más allá de las connotaciones morales de la historia, técnicamente es hasta el momento la ilustración que me ha producido mayor satisfacción en términos del resultado final y fue además la ilustración destacada para el personaje del Gato con Botas en el desafío ilustrado.

Frankenstein.


Finalmente dibujé al Frankenstein que, aunque no es un cuento pensado para niños, podría reflejar un momento en que el personaje sintiera ese amor y fascinación casi infantil por las pequeñas maravillas de la vida a pesar de su trágica existencia.


La imagen fue concebida para mostrar a un monstruo como un ser tierno y por ello tuve especial cuidado en la expresión de su rostro y manos.


Mientras lo dibujaba, vinieron a mi mente muchas personas y situaciones en las que buenas personas se vuelven monstruos por un momento y personas monstruosas pueden tener momentos de vulnerabilidad y mostrar amor. 

Esta ilustración se trata de esos contrastes y de nuestro monstruo interno que a veces se manifiesta según las circunstancias. 

Fueron más o menos 8 horas que dediqué a este proceso.

¿Cuál te gusta más y por qué?

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