Comunicación efectiva: El impacto de LO QUE COMUNICAMOS


Pues sí, puedes decir lo que quieras. Tenemos libre albedrío para decir lo que se nos antoje y las redes sociales pueden ampliar el alcance de nuestra voz a niveles difíciles de imaginar hasta no hace mucho.

Especialmente en sociedades “abiertas” aparentemente libres de censura donde en teoría existe la libertad de expresión, podemos manifestar prácticamente cualquier idea que se nos cruce por la mente, y alguien seguramente nos escuchará -o leerá-.

Pero debemos prever las consecuencias que ello nos puede traer más allá de una acción de censura o sanción legal: daño a la sensibilidad de personas que apreciamos, respuestas inconvenientes, prejuicios, etc…

Es posible que al construir nuestra comunicación o compartir mensajes de otros no siempre pensemos en todas las personas que alcanzaremos y cómo podría afectarles, mucho menos cómo podrían reaccionar.

La realidad es que, lo queramos o no, transmitiremos mucha información adicional a la que esperamos comunicar a través de una publicación, por más simple que esta parezca.

Nuestras expresiones dicen más de lo que creemos…

¿Cómo así? Nuestras expresiones son el reflejo de lo que nos interesa, nuestras actitudes y creencias, cómo pensamos en relación a ciertos temas, e incluso de ciertas características intelectuales, culturales, sociales y emocionales.

Aunque no seamos conscientes de ello tanto en el rol de emisores como de receptores, emitimos y recibimos mensajes en varios niveles que son evidentes para aquellos que están atentos.

Algunos me pueden decir: “A mí no me importa lo que piensen de mí, yo digo lo que me da la gana, al fin y al cabo, este es mi Facebook, Twitter, Instagram, … y al que no le guste, pues que no lo vea”.

Y tienen razón. Sin embargo, si tu propósito de vida tiene que ver con relacionarte con otras personas, es posible que te dé mejores resultados mantener las puertas abiertas y para ello es importante contar con la empatía de los demás. Es, pues, una vía en doble sentido.

No quiero decir con esto que mostremos lo que no somos, sino de transmitir a conciencia lo que nos dé mejor resultado siendo auténticos.

Por otra parte, alguien -a ver si sabes quién- dijo por allí: “Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”; y considero que la frase aplica muy bien a este contexto: una palabra nuestra puede hacer mucho bien, pero también mucho daño.

Por ello te invito a pensar cuál de las dos opciones se conecta mejor con tu misión personal, con tu razón de ser, tu motivación existencial, y el impacto que deseas tener en los demás.

Haz conciencia sobre tu propósito al comunicarte.

¿Y entonces? Sugiero hacer conciencia en cuanto al propósito de tu comunicación, qué deseas aportar, cuál es el efecto que deseas lograr, y especialmente considerar ponerte en los zapatos del receptor tratando de imaginar qué impacto podría tener tu mensaje en él y qué podría percibir de ti.

Y si consideras que necesitas ayuda para comunicarte con efectividad, cuenta conmigo para apoyarte.

PD: Si no sabes quién dijo la frase que he citado, aquí encontrarás una interesante historia detrás de ella.

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